Nuestros requisitos de calidad

Fórmulas que respetan tu piel

Melvita formula todos tus productos de belleza ecológicos a partir de aceites vegetales y aguas florales ecológicas para ofrecerte productos con una compatibilidad y afinidad óptimas con tu piel.

Asimismo, los productos cosméticos suelen estar compuestos por una emulsión, es decir, una mezcla de la fase acuosa y la fase grasa, lo más parecida posible a la composición natural de tu piel.

Extraídas con el máximo cuidado para garantizar la integridad y la calidad de los ingredientes activos, nuestras expresiones puras de la naturaleza se incorporan fácilmente a cualquier rutina de belleza y proporcionan a la piel lo que necesita a diario, de forma natural.

Ingredientes ecológicos de calidad excepcional

Nuestro equipo de expertos agrónomos trabaja directamente con los productores para crear asociaciones duraderas y de confianza.

Elegimos parcelas de cultivo ecológico, gestionadas de forma sostenible para preservar el medio ambiente y la biodiversidad.

Nuestros productores cultivan parcelas que se controlan regularmente, lo que garantiza una perfecta trazabilidad de las materias primas desde el lugar de la cosecha hasta la fábrica.

Melvita trabaja con 34 filiales controladas desde la planta hasta el producto por un equipo de personas sobre el terreno, apasionadas por las plantas y dedicadas a ellas, 42 productores y más de 400 recolectores experimentados.

El principio de precaución según Melvita

Todos nuestros productos naturales están certificados como ecológicos por Ecocert y cumplen las estrictas directrices del estatuto Cosmébio.

Y como tu salud es nuestra principal preocupación, seguimos un principio de precaución eliminando de nuestras fórmulas ciertos ingredientes controvertidos que, sin embargo, están autorizados en los cosméticos ecológicos, como la piedra de alumbre, sospechosa de generar sales de aluminio, o ciertos tensioactivos potencialmente irritantes.

Y tal como exige el estatuto Cosmébio, excluimos: ciertos conservantes como los parabenos, el fenoxietanol y la metilisotiazolinona, los filtros solares químicos, las siliconas, los aceites minerales (vaselina, parafina, etc.), las sales de aluminio y los colorantes sintéticos.